La hipertermia, comúnmente llamada “golpe de calor” afecta a los perros de todas las razas –pero especialmente a las denominadas razas braquicéfalas, de hocico chato--, siempre y cuando se produzca una incapacidad para regular convenientemente su temperatura y ello normalmente ocurre porque el animal esté sometido a altas temperaturas (dentro de un coche, por ejemplo), en habitaciones con ventilación escasa o nula, en lugares dónde la sombra es inexistente o cuando, procediendo de ambientes frescos o cálidos, acude a zonas de excesivo calor o tropicales.
También suelen sufrir la hipertermia aquellos perros que desarrollen ejercicio físico intenso, siendo sometidos a temperaturas superiores a los 24-25ºC o aquellos otros que carezcan de agua fresca que beber y sufran de deshidratación.
Pero, además, en condiciones excepcionales, la hipertermia puede producirse como consecuencia de una situación de estrés extremo (durante la cópula, como consecuencia de una situación nueva que produzca inseguridad o temor, tras una pelea con otro perro, etc.).
Sintomatología del “Golpe de Calor”
- Jadeo insistente y entrecortado
- Estado y expresión de ansiedad
- Mirada perdida
- Falta de atención
- Letargo
- Incapacidad para acatar órdenes
- Pulso y ritmo cardíaco muy acelerados e irregulares
- Elevada temperatura corporal (por encima de 39ºC)
- Deshidratación
- Piel seca y caliente
- Vómitos
- Convulsiones
- Pérdida de conocimiento
El temido “golpe de calor” puede ser consecuencia de dejar a un perro unos minutos en un coche mientras se hace alguna gestión… temperaturas exteriores de 25-26ºC, ascienden a los 38-40ºC en el habitáculo del vehículo y éste se convierte en una trampa mortal. Está comprobado que las carrocerías de color oscuro absorben la radiación solar en mayor medida y de hecho, entre un coche blanco y uno azul marino o negro, aparcados en zona de sol y sombra, en el mismo lugar, durante una hora, la temperatura interior varía considerablemente y puede llegar a significar una diferencia de 20ºC o más dentro del oscuro con respecto del claro. ¡Cuidado pues!
El perro puede pasar varios días, incluso siete u ocho, sin comer, pero basta que la deshidratación por falta de agua supere el 12% para que su supervivencia se vea gravemente comprometida. De hecho, el agua es –con diferencia-- el más indispensable de los nutrientes que constituyen la dieta de nuestros amigos de cuatro patas. Tanto así que su cuerpo está constituido por un 60-70% de agua. Y, más aún, el agua resulta imprescindible para que se produzcan en el organismo una serie de reacciones químicas, la necesaria lubricación de ciertas partes del cuerpo y, más aún, la termorregulación. De hecho, la sangre está constituida mayoritariamente por agua, como lo están los fluidos cerebroespinales, digestivos, articulares y oculares.
¿que hacer?
Tratamiento
De forma prioritaria hay que enfriar al perro rápidamente. La zona mas importante a enfriar es la cabeza y el cuello, sobre todo el cuello. La sangre que va al cerebro debe de ser enfriada para prevenir un daño cerebral y para bajar la velocidad de respiración.
Poner al perro debajo de un chorro de agua y humedecerlo bien dejando correr el agua. Empezar por la cabeza y el cuello. Si hay hielo a mano situar un trozo en el puente de la nariz (esto es especialmente importante para las razas de nariz corta) y en los lados del cuello. Mantener el agua corriendo sobre el perro hasta que la respiración se haya calmado. Se puede humedecer la boca del perro, pero no hay que esperar que beba mucho agua en éste estado, porque puede que sea incapaz de tragar y demasiada agua puede ahogarle.
Cuando el perro empieza a respirar mas tranquilamente cierra el grifo y manténlo bajo control humedeciéndole con toallas húmedas, una bajada demasiado rápida de temperatura también puede dañar el cerebro.
Cuando la velocidad de respiración ya es normal, dejar al perro sobre una toalla húmeda y darle un poco de agua. Toma la temperatura y manténlo fresco hasta que ésta se encuentre entre 39,5ºC y 39ºC.
No envolver al perro.
No poner la toalla húmeda sobre el perro, pues esto no permite que el calor salga. Recuerda que el calor asciende.
Tan pronto como el perro se haya calmado llévalo al veterinario mas cercano si no vuelve a la normalidad rápidamente. El veterinario, normalmente, administrara una dosis de corticoide de breve duración, la cual devolverá la normalidad al funcionamiento del cuerpo y ayudará al perro a recobrarse del estrés sufrido. La administración de electrolitos por vía intravenosa es una buena idea si el perro ha sido afectado de forma aguda. Por vía oral si ha sido afectado de forma no tan grave. Los electrolitos reponen las sales que el cuerpo ha perdido. No se les debe dar nada concentrado, la idea es hidratar al perro devolviendo fluido a su cuerpo.
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